jueves, 27 de septiembre de 2012

Mis vecinos los colirrojos

A menudo me encuentro con una pareja de colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros) que le da un toque de alegría a la desolada calle en la que los suelo ver. Siempre alertas y muy activos, no fue fácil tomar unas fotos decentes.

Este es el macho a la hora del pincho:




Y aquí, la hembra:


No todo son gorriones, palomas o gaviotas en esta ciudad :)

jueves, 6 de septiembre de 2012

El hayedo de la Biescona

Para resumir, diré que es uno de los lugares más bellos en los que he estado. Personalmente, siento que en todos los hayedos se respira un ambiente mágico. Y en particular, La Biescona está muy bien conservado y tiene numerosos árboles de gran porte y, seguramente, con mucha historia. Además, tiene la particularidad de ser el hayedo situado a menor altitud de toda la Península Ibérica, ya que está a sólo unos cientos de metros de la costa. Su peculiar diversidad vegetal se aprovecha de la humedad que llega directamente del mar Cantábrico.

Se situa en la falda norte de la sierra del Sueve, y la forma más sencilla de acceder es a través de la carretera AS-260, que une Colunga con Arriondas. Partiendo desde la primera, y poco antes de llegar al mirador del Fito, se puede tomar una pista de tierra que sale en dirección sur desde los alrededores de una casa que creo recordar que se llama "Pie de potro", y antiguamente era el restaurante Casa Julia.


Siguiendo este camino, pronto podremos ver nuestro lugar de destino, que empieza en el mismo punto en el que desaparecen los eucaliptos que nos rodean.


Hay que pasar una portilla y, antes de llegar a unas casetas de tratamiento de aguas, desviarse a la derecha por un sendero mucho más estrecho que se adentra directamente en el bosque. Nos encontraremos entonces con las ruinas de la antigua mina de La Toya, totalmente invadidos por la vegetación.

Ruinas de la mina de La Toya
El ganado campa a sus anchas por este bosque, siendo a menudo el provocador de los pocos ruidos que se oyen.

Y ahora, ¿qué? En este camino no hay sitio para los dos

La mayor parte del bosque está poblada por hayas, aunque también nos encontraremos con ejemplares de otros árboles como el acebo y el tejo. Sin más preámbulos, disfrutemos del intenso verde que luce la Biescona en verano.







Y, cuando pensemos que ya hemos visto suficiente belleza, aparece la mítica fayona.

La Fayona de la Biescona
Siguiendo el sendero marcado, se acaba saliendo a una zona abierta que termina en la vega del Bustacu, pudiendo continuar la ruta subiendo al Pienzu, con lo que se puede completar un recorrido precioso y de lo más variado en cuanto a paisajes. Además, en estas zonas abiertas son más fáciles los avistamientos de la fauna del lugar.

Machos de gamo (Dama dama)
Buitre leonado (Gyps fulvus)
Definitivamente, el Sueve es un lugar privilegiado, en el que se puede disfrutar del mar, el bosque y la montaña.